Colocado a la venta en mayo de este año, el circuito alemán de Nürburgring dejará de ser un bien público en los próximos meses, lo que no agrada a los habitantes de la región. En 2009, fue concluida una gran obra de modernización que incluyó la construcción de nuevos edificios para el funcionamiento de centros comerciales, hoteles y un parque de diversiones – apodado NüroDisney – con una montaña rusa al margen de la recta de los boxes de la pista.
Sin embargo, esas obras llevaron a la empresa Nürburgring GmhB, de propiedad del gobierno del estado de Renania-Palatinado, a la suspensión de pagos. La compañía se declaró bancarrota a mediados de 2012 y, entonces, el Parlamento Europeo prohibió al gobierno local de hacer nuevas inversiones en el circuito.
Mientras tantp, investiga las ayudas financieras que ya habían sido dadas los años anteriores. En el primer semestre de este año, el gobierno de Renania-Palatinado decidió poner a la venta el complejo para pagar la deuda contraída.
La gran preocupación del pueblo de la región de Nürburg, Adenau y otros distritos próximos es con el destino que será dado al circuito en las manos de un nuevo dueño. Ellos no quieren ver el circuito cerrado para el público o que el comprador quite el foco del automovilismo y pase a invertir más en otras áreas.
En los 86 años que pasaron desde la primera carrera allí realizada, se creó una relación de dependencia con el deporte a motor, tanto por parte de pilotos y equipos regionales como en términos de hoteles, restaurantes, entre otros – hay familias, por ejemplo, que alquilan sus casas en la época del GP de Alemania de F1 para quien va hasta la distante región a acompañar la prueba.
La infraestrutura del entorno de Nürburgring es poca. Koblenz y Bonn – antigua capital administrativa de Alemania – son las ciudades de medio porte más próximas, a 60 km y 70 km de distancia, respectivamente. Y, en el camino para llegar a la pista, lo que se ve son muchas villas pequeñas en medio de un paisaje bucólico.
Desde que Nürburgring GmbH decretó la suspensión de pagos, la realización del GP de Alemania de 2013 fue colocada en jeque. A partir de allí, Bernie Ecclestone, que posee los derechos comerciales de la F1, inició nuevas negociaciones con el circuito, que no tenía recursos para pagar la tasa para recibir la carrera.
Obviamente, la categoría no quería dejar de estar en el país del actual tricampeón Sebastian Vettel. La semana pasada, el periódico ‘Bild’ reportó que Ecclestone inclusive abrió mano de la tasa para garantizar la prueba alemana. Eso fue negado por Schmidt.
“Hicimos un contrato especial con Ecclestone que está protegido por un acuerdo de confidencialidad”, esquivó Schmidt. “Es completamente diferente de los otros contratos que ya tuvimos”, añadió.
En 2014, dando continuidad a la alternancia que acontece desde 2008, el GP de Alemania acontecerá en Hockenheim. Hasta que se defina el calendario del Mundial de 2015, mucho agua va a pasar por abajo del puente.